Dicen que una vez un leñador muy trabajador se presentó a una oferta deempleo en un bosque. Viendo su motivación y su energía, le contrataronenseguida. El jefe le dio un hacha y le mandó a cortar árboles.Cuando acabó el primer día, el dedicado leñador había conseguido traer 18árboles, una cifra impresionante. Pero el hombre era muy trabajador y queríademostrar que podía hacerlo todavía mejor, y el día siguiente salió a batir surécord. Sin embargo, al finalizar el día, solo pudo volver con 15 troncos.Conforme iban pasando los días el leñador se esforzaba por superarse, peropese a gastar tanta energía, cada vez volvía con menos árboles. Estaba
desesperado.
Fue a hablar con su jefe y le explicó la situación:
– No lo entiendo. Por más que me esfuerce, cada día corto menos árboles.
El hombre que le había contratado le miró y preguntó:– ¿Cuánto haces que no afilas el hacha?
– ¿Afilar? No tengo tiempo para afilar. Estoy muy ocupado cortando árboles.
Tabla de contenidos
APRENDIZAJE:
Para cada uno de nosotros, afilar el hacha tiene un significado distinto. Algunos
necesitamos afilar el hacha mediante nuestra formación, otros descansando, o incluso centrándonos en una buena organización.
Cuando entramos en rutina, es probable que terminemos esforzándonos como
esclavos en tareas poco productivas; perder la perspectiva es muy fácil.
Cuando eres tu propio jefe, corres aún más riesgo de golpear un tronco
desesperadamente sin darte cuenta de que no estás siendo productivo. Por eso,
de vez en cuando debes dedicar tiempo para detenerte, observar las cosas
desde otra perspectiva y hacer los ajustes necesarios para alcanzar tus objetivos.
Al tomarte un respiro y reflexionar sobre lo que está sucediendo frente a tus ojos,
comienzas a apreciar y notar detalles que las prisas no te permitían ver. Sé que
no siempre es fácil parar y que a veces representa un desafío tomar un descanso. Sin embargo, debo decirte que quizás no te hayas dado cuenta de los beneficios que obtienes al tomarte un respiro.
Por eso, creo que esta historia ilustra muy bien el valor de detenerte para afilar tu
mejor herramienta de trabajo: TÚ. Tú eres el hacha y no tiene sentido trabajar sin
parar cuando no puedes dar el 100% de ti porque no tienes energía. Ahora, mi pregunta para ti es… ¿estás tan ocupado que no tienes tiempo para afilar el hacha?
Si has respondido «SÍ», solo tengo una cosa que decirte… ¡no estás siendo productivo!
Agenda un tiempo de descanso, de desconexión; agenda un espacio para ti.
Es lo más productivo que puedes hacer en estos momentos.
Cuando lo hagas, te sentirás renovado, sentirás que las pilas están cargada para continuar tu vida con energía, desde una perspectiva totalmente diferente a la que estabas viendo.
¿Listo para afilar tu hacha?