¿Cómo ayudar a alguien con TCA?
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Cuando alguien que quieres está luchando con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), es difícil no sentirse perdido o incluso impotente. Quizá te has dado cuenta de que evita las comidas familiares, hace comentarios negativos sobre su cuerpo o tiene conductas que te preocupan, como pesarse constantemente o hacer ejercicio de manera excesiva. Tal vez también has intentado hablar del tema y te has encontrado con evasivas, respuestas a la defensiva o incluso un “no pasa nada” que no te convence del todo.

Es normal que te sientas confundido o frustrado. Probablemente te preguntes cómo es posible que alguien a quien quieres tanto no pueda ver lo dañino de su forma de actuar o por qué parece rechazar tu ayuda. Puede que también te culpes, pensando si hubo algo que hiciste o dejaste de hacer que pudo contribuir al problema. Si este es tu caso, quiero decirte algo importante: lo que te ocurre es algo normal en tu situación, y tu preocupación ya es un paso enorme para cambiarla. Y para eso estamos aquí.

Aunque no hay una fórmula mágica, ni universal para todos, existen formas efectivas de brindar apoyo. En este artículo, quiero ayudarte a entender cómo acompañar a tu ser querido desde el amor y la empatía, sin perderte en el camino.

Tabla de contenidos

Comprender los TCA: el primer paso para ayudar

Antes de actuar, es importante entender qué es un TCA. Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, no son simples «caprichos» o «etapas». Son trastornos serios de salud mental que afectan cómo una persona se relaciona con la comida, su cuerpo y, a menudo, consigo misma y con su vida.

La causa no es solo la «vanidad» o querer verse de cierta manera. Factores biológicos, psicológicos y sociales juegan un papel clave. Querer ayudar desde el amor comienza reconociendo que no es algo que puedan «superar» fácilmente con fuerza de voluntad. Necesitan comprensión, empatía y apoyo especializado.

¿Cómo empezar la conversación?

Quizá ya sospechas que algo anda mal, pero no sabes cómo acercarte sin herir o incomodar. Esto es completamente normal. Hablar de los TCA puede ser complicado, y tu ser querido probablemente sienta vergüenza, miedo o incluso negación.

Elige el momento adecuado. Busca un lugar tranquilo y un momento en que ambos estéis relajados. Evita hacerlo durante una comida o cuando notes tensión.

Habla desde tu preocupación, no desde el juicio. Puedes comenzar diciendo algo como: “He notado que has estado muy preocupada por tu cuerpo o tu alimentación, y eso me tiene preocupado/a. Quiero ayudarte si es posible”.

Evita enfocarte en su aspecto físico. Comentarios como “te ves demasiado delgada” o “pero si estás perfecta” pueden ser contraproducentes. En lugar de eso, enfatiza cómo te preocupa su bienestar general.

Lo que sí ayuda

A menudo, la mejor ayuda no está en encontrar las palabras perfectas, sino en las acciones que muestran apoyo:

  • Infórmate sobre los TCA. Entender cómo funcionan y cómo afectan a quien los padece te ayudará a empatizar y a evitar mitos que puedan dañar.
  • Sé paciente. No puedes “arreglar” el problema ni esperar cambios inmediatos. Acompañar a alguien con un TCA implica aceptar que la recuperación es un proceso. Tener paciencia y acoger los baches en el camino con compasión.
  • Anímala a buscar ayuda profesional. Este paso es clave. Los TCA requieren tratamiento especializado que puede incluir psicoterapia, intervención nutricional y, en algunos casos, apoyo médico. Puedes ofrecerte a buscar información juntos o a acompañarla a una primera cita si lo necesita.
  • Mantén la comunicación abierta. Demuestra que estás disponible para escuchar sin juzgar. Esto puede marcar una gran diferencia en su camino hacia la recuperación.

Lo que NO ayuda

Aunque tus intenciones sean buenas, hay ciertos enfoques que pueden ser contraproducentes:

  • Evita trivializar el problema. Frases como “sólo come” o “pero si no estás tan mal” minimizan su lucha y pueden hacerla sentir incomprendida.
  • No te conviertas en “el/la controlador/a.” Supervisar cada bocado o imponer restricciones puede aumentar su ansiedad o reforzar su resistencia.
  • No compares. Cada persona vive los TCA de forma diferente. Decir algo como “pero fulanito superó esto rápido” no es útil.

Cuidarte también es importante

Ayudar a alguien con un TCA puede ser emocionalmente desgastante. No te olvides de cuidar de tu propio bienestar. Hablar con un terapeuta o buscar grupos de apoyo para familiares puede darte herramientas y alivio emocional.

Si bien no puedes controlar su proceso de recuperación, tu apoyo puede marcar la diferencia. Escuchar, validar sus emociones y fomentar la búsqueda de ayuda profesional son gestos poderosos. Recuerda: no tienes que tener todas las respuestas, solamente mostrar cariño en momentos de dificultad.

Acompañar a alguien con un trastorno de la conducta alimentaria es un acto de amor y paciencia. Y ese primer paso que estás dando al buscar información ya demuestra lo mucho que te importa. Visita mi web para conocer un poco más este trastorno y si lo necesitas puedes solicitar una sesión gratuita de valoración de 20 minutos.