La ansiedad es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se manifiesta de muchas formas diferentes, pero, sobre todo, mi experiencia como psicóloga online especializada podríamos diferenciar sus manifestaciones en tres planos diferentes: en el plano fisiológico, en el plano cognitivo y en el plano conductual.
¿Qué es la ansiedad?
Para comprender mejor la mente de una persona con ansiedad, es crucial definir primero qué es la ansiedad. Como psicóloga de ansiedad online, puedo decir que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro.
Podríamos definir una situación estresante, como aquella situación en la cual las demandas para resolverla sobrepasan nuestras capacidades para afrontarla. Por eso mismo, experimentamos esas sensaciones de alerta y preocupación elevada antes de eventos como una entrevista de trabajo, un examen importante o una presentación en público. Te darás cuenta de que, lo que tienen estas situaciones en común, es que representan una exigencia elevada para ti. En cambio, si por ejemplo hablar en público es algo totalmente normal para ti porque lo haces a diario y estás acostumbrado, entonces no experimentarás ansiedad en esa situación.
En situaciones altamente demandantes y/o novedosas, la ansiedad puede ser beneficiosa y adaptativa, ya que nos ayuda a estar alerta y enfocados en realizar bien nuestra tarea. Asegurando así, lograr nuestros objetivos en esa situación.
Sin embargo, hay dos situaciones prototípicas en las que la ansiedad se puede volver abrumadora e incapacitante, lo que da lugar a un trastorno de ansiedad. Estos dos casos son:
- Cuando la ansiedad se experimenta ante situaciones que no son demandantes, ni novedosas, en términos objetivos. Es decir, cuando experimentamos ansiedad ante eventos cotidianos o incluso beneficiosos, como por ejemplo salir a la calle (agorafobia)
- Cuando se experimenta un nivel de ansiedad elevada de manera constante y crónica, sin ningún desencadenante claro aparente, como puede ocurrir en el trastorno de ansiedad generalizada. Cuando la ansiedad se convierte en un problema crónico, puede tener un impacto significativo en la mente de una persona, ya que moldea totalmente sus rutinas cotidianas, que pasan a convertirse en un “plan de contingencias contra el malestar”. Es decir, la persona empieza a evitar sistemáticamente muchas situaciones beneficiosas para ella con el objetivo de mantener el malestar “a raya”.
Cómo es la mente de una persona con ansiedad
La mente de una persona con ansiedad es un contexto complejo y a menudo aterrador. Aquí te presento una visión general de cómo es la mente de una persona con ansiedad:
- Pensamientos negativos recurrentes: Una característica distintiva de la ansiedad es la presencia constante de pensamientos negativos en bucle. Las personas con ansiedad tienden a preocuparse en exceso, normalmente por eventos futuros, a menudo imaginando los peores escenarios posibles. Lo que en psicología llamamos “pensamientos catastróficos”. Además, estos pensamientos negativos siguen una evolución circular, es decir, en ningún momento se llega a una conclusión o una “resolución” del problema. Sino que el mismo problema se retroalimenta “como la pescadilla que se muerde la cola”. Esta rumiación constante puede ser agotadora y afectar su calidad de vida, además de que puede venir acompañada de sentimientos de culpa por no verse capaz de frenar los bucles o incluso pueden aparecer también otro tipo de pensamientos llamados “intrusos”, que vendrían a representar picos muy fuertes de ansiedad y que pueden tomar formas muy desagradables, como, por ejemplo, imaginarse uno mismo haciéndole daño a un ser querido o a uno mismo.
- Hipersensibilidad a las señales de peligro o hipervigilancia: La mente de una persona con ansiedad está en constante alerta, buscando señales de peligro en su entorno. Esto puede llevar a una interpretación exagerada de situaciones cotidianas como amenazantes, lo que a su vez provoca una respuesta de ansiedad mayor, descontrolada y totalmente irracional.
- Incapacidad para relajarse: La mente de una persona con ansiedad a menudo está llena de preocupaciones y tensión constante. Esto les hace sentir a estas personas que nunca pueden relajarse por completo, incluso en situaciones seguras y agradables, porque en su mente están apareciendo los pensamientos anticipatorios y catastróficos de los que hablamos anteriormente.
- Autoexigencia extrema: Las personas con ansiedad a menudo se imponen altos estándares y se autocritican duramente. Son perfeccionistas y no se permiten cometer errores. Tienen miedo de que, si cometen errores, puedan decepcionar a los demás, o peor aún, que las consecuencias negativas de esos errores puedan desembocar en una catástrofe sin solución, lo que puede llevar a un estrés constante. Es decir, tienen enormes dificultades para relativizar y rebajar su nivel de autoexigencia.
- Miedo a la pérdida de control: La pérdida de control es una preocupación común para las personas con ansiedad. Temen que algo terrible suceda si no pueden mantener todo bajo control, lo que puede llevar a comportamientos obsesivos y compulsivos. Incluso, puede aparecer un miedo aterrador a volverse locos o perder la vida.
- Preocupación por la salud: La hipocondría es común en las personas con ansiedad. Suelen estar preocupadas por su salud y temen enfermedades graves, incluso cuando no hay evidencia de enfermedad. Estas preocupaciones se agravan debido a la hipervigilancia de la que hablábamos anteriormente, ya que cuando atendemos tan detenidamente nuestras sensaciones físicas son fáciles que nos sugestionemos a sentirlas.
- Evitación de situaciones desencadenantes: Aquellos con ansiedad a menudo evitan situaciones que desencadenan su ansiedad. Esto puede incluir evitar lugares públicos, reuniones sociales o desafíos laborales, lo que limita muchísimo su calidad de vida y la posibilidad de su recuperación.
Impacto en la vida diaria
La mente de una persona con ansiedad puede tener un impacto significativo en su vida diaria. Las preocupaciones constantes y la respuesta de lucha o huida pueden causar fatiga, insomnio y otros problemas de salud. Además, la ansiedad puede interferir con las relaciones personales y profesionales, ya que puede ser difícil para alguien con ansiedad participar plenamente en actividades sociales y laborales.
Las personas con ansiedad también pueden recurrir a comportamientos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias o la evasión de situaciones desafiantes. Estos comportamientos pueden empeorar la ansiedad y convertirse en un ciclo perjudicial.
Cómo se puede ayudar a una persona con ansiedad
Es importante reconocer que la ansiedad es una condición tratable. Si conoces a alguien que lucha con la ansiedad, aquí te muestro algunas formas de brindar apoyo:
- Ofrece apoyo emocional: Escuchar y ser comprensivo es fundamental. La empatía y la paciencia son clave para ayudar a alguien a sentirse comprendido y aceptado, ya que, como comentamos anteriormente, estas personas suelen arrastrar también sentimientos de culpa asociados a la sensación de falta de control sobre su propia ansiedad.
- Anima a buscar ayuda profesional: La terapia y, en algunos casos puntuales la medicación, pueden ser efectivas en el tratamiento de la ansiedad. Anima a la persona a buscar ayuda de un psicoterapeuta y eventualmente de un psiquiatra.
- Promueve un estilo de vida saludable: El ejercicio regular, una dieta equilibrada y la gestión del estrés pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad.
- Comprende los límites: Es importante entender que no puedes resolver los problemas de ansiedad de alguien por completo. La persona con ansiedad debe tomar medidas activas para su recuperación.
- Evita juzgar: No hagas juicios sobre la ansiedad de alguien o minimices sus preocupaciones. La ansiedad es una lucha real y puede ser abrumadora, aunque a veces sea difícil de entender “desde fuera”.
Algunas Preguntas Frecuentes:
¿Cómo es la mente de una persona con ansiedad en comparación con una mente no ansiosa?
La mente de una persona con ansiedad y la mente de una persona sin ansiedad tienen las mismas capacidades funcionales. La principal diferencia está en el aprendizaje de la persona y sus estilos de afrontamiento. Mientras que la persona no ansiosa tiende a ser más tranquila porque maneja mejor su atención y su pensamiento, relativiza más, toma mejores decisiones para su vida… La persona con ansiedad puede estar constantemente ocupada con pensamientos negativos y preocupaciones. Esto puede llevar a una hipersensibilidad emocional y a la lucha constante entre la razón y las emociones.
¿Cómo afecta la ansiedad a la calidad de vida y el bienestar de una persona?
La ansiedad puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar de una persona. La mente de una persona con ansiedad está constantemente luchando de forma infructuosa contra preocupaciones y temores, lo que puede llevar a un agotamiento mental y físico. Esto puede afectar las relaciones, la carrera y la salud en general, lo que subraya la importancia de buscar tratamiento y apoyo.
¿Puede la mente de una persona con ansiedad cambiar con el tiempo?
Sí, la mente de una persona con ansiedad puede cambiar con el tiempo, especialmente con el tratamiento adecuado. La terapia y otras intervenciones terapéuticas pueden ayudar a las personas a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y cambiar los patrones de pensamiento negativos. A medida que una persona avanza en su recuperación, es posible que su mente se vuelva menos ansiosa y más equilibrada.